Lanzan esperada novela sobre Drácula en EE.UU. Cada vez que el padre de la niña Elizabeth Kostova terminaba de contar uno de sus relatos sobre Drácula, la muchacha se preguntaba: «¿Y que sucedería si Drácula estuviera escuchando todo esto?». Según explica la propia autora, esta pregunta fue la que le llevó tiempo después a descubrir su vocación y darle rienda suelta a la historia tras esa interrogante.
Tras diez años de arduo trabajo, la trama se transformó en The Historian, un manuscrito de más de 600 páginas que en el 2004 fue comprado por dos millones de dólares por la editorial Little, Brown & Company, cifra abultadísima para una debutante. Luego, los derechos de la obra fueron adquiridos por Sony Pictures para llevarla próximamente al cine, demostrando una fe ciega en el material. La novela se publicó ayer en Estados Unidos y será traducida a 29 idiomas, incluido el español.
Las primeras críticas de periódicos como The Washington Post y San Francisco Chronicle son auspiciosas, mientras que Janet Maslin (de The New York Times) fue más dura en su trato. Aún así, todas las reseñas coinciden en que The Historian será la sensación literaria del verano boreal. La autora también afirmó que el libro gustará a los seguidores de El Código Da Vinci.
Su historia remite a la investigación que emprende un profesor universitario en busca de la pista del mítico conde Drácula, quien probablemente aún se encuentre entre nosotros. La trama, al igual que El Código, se pasea por varios escenarios mundiales (Holanda, Turquía, Europa Oriental) y se sitúa en las décadas de los 30, 50 y 70. Todo comienza cuando una muchacha descubre unas cartas amarillentas en el estudio de su padre, un profesor universitario. Todas están encabezadas así: «A mi querido e infortunado amigo». El desgraciado hombre es Bartholomew Rossi, un historiador que desapareció misteriosamente en su búsqueda de nada menos que el mismísimo conde Drácula. Desde ese momento, se comienzan a narrar las desventuras del profesor y su hija por hallar el paradero de Rossi y, por cierto, del sangriento conde vampiro de Transilvania.