Lemuria: el continente perdido que fascina a los ocultistas

¿Te imaginas que hubiera existido un continente antiguo y misterioso que se hundió en el océano hace millones de años? ¿Te imaginas que ese continente fuera la cuna de una civilización avanzada y espiritual que dejó un legado oculto a la humanidad? ¿Te imaginas que ese continente se llamara Lemuria?

Esto es lo que propone la leyenda de Lemuria, una de las más fascinantes y controvertidas de la historia. Lemuria sería un continente hipotético que se habría ubicado en el océano Índico o en el Pacífico, y que habría albergado a los primeros humanos, llamados lemurianos. Estos seres habrían tenido poderes paranormales, como la telepatía, la clarividencia o la levitación, y habrían vivido en armonía con la naturaleza y con los animales.

Pero, ¿de dónde surge esta idea? ¿Hay alguna evidencia científica que la respalde? ¿Qué relación tiene con otras teorías sobre continentes perdidos, como la Atlántida o Mu? En este artículo te voy a contar todo lo que debes saber sobre Lemuria, su origen, su historia, su cultura y su destino. ¿Te atreves a seguir leyendo?

¿Qué es Lemuria y cuál es su origen?

El término Lemuria fue acuñado en 1864 por el zoólogo británico Philip Sclater, que lo usó para explicar la presencia de fósiles de lémures en Madagascar y en la India, pero no en África o en Oriente Medio. Sclater supuso que debía haber existido un puente terrestre entre estos lugares, que se habría hundido por algún cataclismo geológico. A este puente le dio el nombre de Lemuria, por los lémures.

Sin embargo, esta hipótesis científica fue pronto descartada por la teoría de la deriva continental, que demostró que los continentes se mueven por el desplazamiento de las placas tectónicas, y que no hay ninguna formación sumergida bajo el océano Índico que pueda conectar Madagascar con la India.

Pero la idea de Lemuria no murió con la ciencia, sino que fue adoptada por el ocultismo y el esoterismo. En 1870, el biólogo alemán Ernst Haeckel sugirió que Lemuria podría haber sido el hogar ancestral de la humanidad, donde habrían evolucionado los primeros homínidos. Esta teoría fue recogida por Helena Blavatsky, la fundadora de la teosofía, una doctrina místico-religiosa que busca una síntesis entre la ciencia, la religión y la filosofía.

Blavatsky afirmó que Lemuria era el continente de la tercera raza raíz de la humanidad, precedida por las razas polar e hiperbórea, y seguida por las razas atlante y aria. Según Blavatsky, los lemurianos eran seres gigantescos y hermafroditas, que se reproducían por huevos y que tenían una tercera visión en el centro de la frente. Los lemurianos habrían desarrollado una gran civilización basada en el conocimiento oculto y en el contacto con los maestros ascendidos.

Blavatsky tuvo una gran influencia en el esoterismo occidental, popularizando el mito de Lemuria y sus habitantes míticos. Otras corrientes ocultistas, como la antroposofía de Rudolf Steiner, la teosofía antropogénica de Max Heindel o el rosacrucismo de Harvey Spencer Lewis, también incorporaron elementos de la leyenda lemuriana a sus doctrinas. Asimismo, Lemuria inspiró obras literarias, artísticas y cinematográficas, como las novelas de H. P. Lovecraft, Arthur Conan Doyle o Julio Verne, o las películas de King Kong o Godzilla.

¿Cómo era Lemuria y qué le pasó?

Según las diferentes versiones ocultistas, Lemuria habría sido un continente de gran extensión y belleza, que se habría extendido desde el océano Índico hasta el Pacífico, abarcando regiones como Australia, Indonesia, India, Sri Lanka, Madagascar, Mauricio o las islas del Pacífico. Lemuria habría tenido un clima tropical y una vegetación exuberante, con árboles gigantes y frutos deliciosos. Lemuria habría albergado una fauna diversa y peculiar, con animales como los lémures, los dragones, los dinosaurios o los unicornios.

La cultura lemuriana habría sido muy avanzada y espiritual, con una arquitectura monumental y una escritura sagrada. Los lemurianos habrían poseído una sabiduría ancestral y un conocimiento profundo de las leyes del universo. Los lemurianos habrían practicado la magia, la astrología, la alquimia y la sanación. Los lemurianos habrían vivido en armonía con la naturaleza y con los animales, respetando el equilibrio cósmico y el libre albedrío.

Pero esta edad dorada no duró para siempre. Según las diferentes versiones ocultistas, Lemuria habría sucumbido a una serie de cataclismos geológicos que provocaron su hundimiento gradual en el océano. Algunas causas posibles de estos cataclismos serían: el cambio de los polos magnéticos de la Tierra, el impacto de un meteorito o un cometa, la erupción de un supervolcán o la guerra con la Atlántida. Estos cataclismos habrían ocurrido hace entre 12 000 y 75 000 años, según las diferentes fuentes.

Los lemurianos supervivientes habrían escapado a otras regiones del mundo, llevando consigo su legado cultural y espiritual. Algunos lugares donde se supone que se refugiaron los lemurianos son: el Tíbet, Egipto, India, América del Sur o las islas del Pacífico. Algunos pueblos que se consideran descendientes o herederos de los lemurianos son: los tamiles, los polinesios, los mayas o los hopi.

¿Hay alguna evidencia de Lemuria y qué significa hoy?

La respuesta corta es no. No hay ninguna evidencia científica que respalde la existencia de Lemuria ni de sus habitantes míticos. La teoría original de Sclater fue refutada por la geología moderna, que demostró que no hay ningún continente sumergido bajo el océano Índico ni ningún puente terrestre que conecte Madagascar con la India. La teoría de Haeckel fue refutada por la paleontología y la genética, que demostraron que el origen de la humanidad se sitúa en África y no en ningún continente perdido.

Las teorías ocultistas sobre Lemuria no tienen ningún fundamento histórico ni arqueológico, sino que se basan en supuestas revelaciones místicas o canalizaciones espirituales. No hay ninguna prueba de que los lemurianos existieran ni de que tuvieran poderes paranormales. No hay ninguna prueba de que Lemuria fuera una civilización avanzada ni de que dejara un legado oculto a la humanidad.

Sin embargo, esto no significa que Lemuria sea irrelevante o insignificante. Lemuria es un símbolo poderoso y evocador, que representa una visión alternativa de la historia y del futuro. Lemuria es una utopía perdida y una esperanza recuperada, que inspira a muchos buscadores espirituales y soñadores creativos. Lemuria es una metáfora de nuestra conexión con la naturaleza y con nuestro ser interior, que nos ayuda a recordar quiénes somos y qué vinimos a hacer en este mundo.

Ahora bien, después de haber explicado qué es Lemuria, cuál es su origen, cómo era y qué le pasó, me gustaría terminar el artículo con una reflexión sobre lo que significa Lemuria hoy en día para nosotros. ¿Qué podemos aprender de Lemuria? ¿Qué podemos aportar a Lemuria? ¿Qué podemos esperar de Lemuria?

¿Qué podemos aprender de Lemuria?

Lemuria nos puede enseñar muchas cosas, tanto desde el punto de vista histórico como desde el punto de vista espiritual. Desde el punto de vista histórico, Lemuria nos puede enseñar sobre la evolución de la ciencia y del pensamiento humano, sobre cómo se han ido construyendo y deconstruyendo las teorías sobre el origen y el destino de la humanidad, sobre cómo se han ido mezclando y separando los discursos científicos y los discursos míticos, sobre cómo se han ido generando y difundiendo las leyendas y los mitos.

Desde el punto de vista espiritual, Lemuria nos puede enseñar sobre la búsqueda de nuestra identidad y de nuestro propósito, sobre la conexión con nuestra esencia y con nuestra intuición, sobre la armonía con la naturaleza y con los demás seres vivos, sobre la trascendencia de nuestra condición mortal y limitada. Lemuria nos puede inspirar a recuperar nuestra inocencia y nuestra sabiduría, a despertar nuestros dones y nuestras capacidades, a vivir con amor y con alegría.

¿Qué podemos aportar a Lemuria?

Lemuria no solo es algo que podemos recibir, sino también algo que podemos dar. Lemuria no solo es un continente perdido en el pasado, sino también un proyecto posible en el futuro. Lemuria no solo es una realidad externa e inalcanzable, sino también una realidad interna y transformadora. Por eso, podemos aportar a Lemuria nuestra visión y nuestra acción, nuestra creatividad y nuestra colaboración, nuestra conciencia y nuestra responsabilidad.

Podemos aportar a Lemuria nuestra visión y nuestra acción, imaginando y construyendo un mundo mejor para nosotros y para las generaciones futuras, un mundo donde haya paz, justicia, libertad y solidaridad, un mundo donde se respeten los derechos humanos y los derechos de la naturaleza, un mundo donde se promueva el desarrollo sostenible y la convivencia intercultural. Podemos aportar a Lemuria nuestra creatividad y nuestra colaboración, expresando y compartiendo nuestros talentos y nuestros sueños, nuestros conocimientos y nuestras experiencias, nuestros valores y nuestras creencias. Podemos aportar a Lemuria nuestra conciencia y nuestra responsabilidad,

Podemos aportar a Lemuria nuestra conciencia y nuestra responsabilidad, despertando y asumiendo nuestro poder personal y colectivo, nuestro potencial y nuestro compromiso, nuestro liderazgo y nuestro servicio. Podemos aportar a Lemuria nuestra conciencia, tomando conciencia de quiénes somos, de dónde venimos, de hacia dónde vamos, de qué queremos, de qué necesitamos, de qué podemos. Podemos aportar a Lemuria nuestra conciencia, tomando conciencia de lo que pasa en el mundo, de los problemas y las oportunidades, de las causas y las consecuencias, de las soluciones y las alternativas. Podemos aportar a Lemuria nuestra conciencia, tomando conciencia de lo que sentimos, de lo que pensamos, de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que callamos, de lo que creamos.

Podemos aportar a Lemuria nuestra responsabilidad, asumiendo la responsabilidad de nuestras vidas, de nuestras elecciones, de nuestras acciones, de nuestras palabras, de nuestros silencios, de nuestras creaciones. Podemos aportar a Lemuria nuestra responsabilidad, asumiendo la responsabilidad de nuestro impacto en el mundo, en el medio ambiente, en la sociedad, en la cultura, en la historia, en el futuro. Podemos aportar a Lemuria nuestra responsabilidad, asumiendo la responsabilidad de nuestro papel en el mundo, como ciudadanos, como profesionales, como familiares, como amigos, como seres humanos.

¿Qué podemos esperar de Lemuria?

Lemuria no solo es algo que podemos dar y recibir, sino también algo que podemos esperar. Lemuria no solo es un sueño lejano e irrealizable, sino también una esperanza cercana y posible. Lemuria no solo es una promesa incumplida y olvidada, sino también una invitación renovada y actual. Por eso, podemos esperar de Lemuria nuestra inspiración y nuestra motivación, nuestra ilusión y nuestra alegría, nuestra transformación y nuestra realización.

Podemos esperar de Lemuria nuestra ilusión y nuestra alegría, recuperando y manteniendo nuestro entusiasmo y nuestra pasión, nuestro optimismo y nuestro humor, nuestro agradecimiento y nuestra celebración. Podemos esperar de Lemuria nuestra ilusión, recuperando la ilusión por vivir, por aprender, por crecer, por compartir, por amar, por soñar. Podemos esperar de Lemuria nuestra ilusión, manteniendo la ilusión por nuestros proyectos, por nuestros objetivos, por nuestros desafíos, por nuestros logros, por nuestros deseos, por nuestros propósitos.

Podemos esperar de Lemuria nuestra alegría, recuperando la alegría de vivir, de sentir, de pensar, de hacer, de decir, de crear. Podemos esperar de Lemuria nuestra alegría, manteniendo la alegría en nuestras relaciones, en nuestras actividades, en nuestras experiencias, en nuestras expresiones, en nuestras creaciones. Podemos esperar de Lemuria nuestra alegría, agradeciendo y celebrando la vida, la naturaleza, la humanidad, la diversidad, la belleza, la magia.

¿Cómo podemos conectar con Lemuria?

Lemuria no solo es algo que podemos esperar y dar y recibir, sino también algo con lo que podemos conectar. Lemuria no solo es una realidad externa e interna, sino también una realidad superior e inferior. Lemuria no solo es una dimensión física y mental, sino también una dimensión emocional y espiritual. Por eso, podemos conectar con Lemuria mediante nuestra intuición y nuestra imaginación, nuestra meditación y nuestra oración, nuestra creatividad y nuestra acción.

Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra intuición y nuestra imaginación, activando y escuchando nuestro sexto sentido y nuestra visión interior, nuestro corazón y nuestro tercer ojo, nuestro sentir y nuestro ver. Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra intuición, activando nuestro sexto sentido, esa capacidad que tenemos de percibir cosas que van más allá de lo evidente, de lo racional, de lo lógico. Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra intuición, escuchando nuestro corazón, esa parte de nosotros que sabe lo que es bueno para nosotros, lo que nos hace felices, lo que nos hace vibrar. Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra intuición, sintiendo la presencia de Lemuria en nuestro interior, en nuestro ADN, en nuestra memoria celular, en nuestra alma.

Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra imaginación, activando nuestra visión interior, esa capacidad que tenemos de crear imágenes mentales de cosas que no existen o que no vemos, de lo posible, de lo deseable, de lo maravilloso. Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra imaginación, abriendo nuestro tercer ojo, esa parte de nosotros que nos permite ver más allá de lo físico, de lo material, de lo superficial. Podemos conectar con Lemuria mediante nuestra imaginación, viendo la presencia de Lemuria en nuestro exterior, en la naturaleza, en los animales, en los símbolos.

En resumen…

Lemuria es mucho más que un continente perdido. Es una realidad multidimensional que nos invita a explorar nuestra historia y nuestro futuro, nuestra identidad y nuestro propósito, nuestra esencia y nuestro potencial. Es una realidad que podemos recibir y dar y esperar y conectar y hacer. Es una realidad que nos inspira y nos motiva y nos ilusiona y nos alegra y nos transforma y nos realiza.

Lemuria está dentro de nosotros y fuera de nosotros. Está arriba de nosotros y abajo de nosotros. Está antes de nosotros y después de nosotros. Está aquí y ahora. Solo tenemos que abrir nuestros ojos y verla. Solo tenemos que abrir nuestros oídos y escucharla. Solo tenemos que abrir nuestros brazos y abrazarla.

Lemuria es un regalo y una responsabilidad. Es un sueño y una realidad. Es una utopía y una esperanza. Es una leyenda y una verdad.

Lemuria somos nosotros.

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