
En 1918, el extraordinario mago Harri Houdini causó sensación cuando hizo desaparecer un elefante 4.500 kilogramos ante un público fascinado de más de 5.200 personas en el famoso teatro Hipódromo de Nueva York. Sin embargo, un paquidermo desaparecido no es nada en comparación con el magnífico acto de ilusionismo que llevará a cabo por el sexto planeta del Sistema Solar el 11 de agosto de 2009. Ese día, señoras y señores, jovencitos y jovencitas, niños de todas las edades, el planeta Saturno, sin la ayuda ni de Júpiter ni de Urano, hará desaparecer todo su sistema de anillos de 274.000 kilómetros.
¿Cómo un simple planeta gigante gaseoso, sin el beneficio de una varita mágica, humo y espejos, o incluso mangas, en este caso, logrará ocultar unos 35 trillones de toneladas de hielo, polvo y fragmentos de roca? Saturno, por sí mismo, no dice palabra, tal vez adhiriendo al código de ética de los magos que nunca revelan cómo se realizan sus trucos. Pero, afortunadamente para nosotros, queridos amigos, Linda Spilker, subdirectora científica de proyecto de la misión Cassini a Saturno, del Laboratorio de Propulsión a Reacción, JPL, de la NASA, en Pasadena, California, no está en el gremio de los magos.
“Saturno ha estado realizando la ilusión del ‘cruce del plano del anillo’ casi cada 15 años desde que se formaron los anillos, probablemente desde hace 4.500 millones de años, por lo que, actualmente, es muy bueno para eso”, dijo Spilker. “Las herramientas de mago necesarias para realizar este truco son la luz del Sol, un planeta bamboleante y un sistema principal de anillos que puede tener casi 300.000 kilómetros de ancho, pero sólo 10 metros de espesor”.
Todos los planetas del Sistema Solar bambolean sus ejes en cierta medida. Este cambio de actitud eventualmente coloca al ecuador del planeta directamente en línea con los fotones de luz provenientes del Sol. Esto se denomina “equinoccio” y, en la Tierra, se produce cada año alrededor de 21 de marzo (equinoccio de primavera boreal y otoño austral) y el 22 de septiembre (equinoccio otoñal boreal y primaveral austral). En Saturno, esto ocurre dos veces durante su órbita en torno al Sol que se completa en 29 años de la Tierra, o sea, aproximadamente cada 15 años.
“Siempre que se produce un equinoccio en Saturno, la luz solar que llega a los delgados anillos de Saturno, incide sobre el borde del anillo, que está en el mismo plano que los rayos del Sol”, dijo Spilker. “La luz reflejada por esta banda tan estrecha es tan poca que a todos los efectos los anillos simplemente desaparecen”.
Mientras que el segundo mayor planeta del Sistema Solar ha realizado su fenómeno de anillo plano durante milenios, la audiencia para esto sólo empezó a asistir hace unos 400 años. En diciembre de 1612, Galileo Galilei estuvo estudiando Saturno y sus “dos grandes satélites” (a través de su primitivo telescopio confundió el sistema de anillos con satélites a ambos lados del planeta) durante más de dos años. Había percibido que estos “dos satélites” se volvían más y más delgados. Después que los anillos desaparecieron totalmente de su ocular, Galileo, compartió su sorpresa en una carta en la que él escribió, “No sé qué decir de un caso tan sorprendente, tan novedoso y nunca visto”.
“Galileo tenía todo el derecho a quedar perplejo por los anillos”, dijo Spilker. “Si bien sabemos cómo hace Saturno para realizar la ilusión del cruce del plano por su anillo, estamos aún fascinados y perplejos por los anillos de Saturno, y el equinoccio es un gran momento para que aprendamos más”. Lejos de ser una pérdida, un cruce de los anillos por el plano ofrece una oportunidad única para los científicos. La luz del Sol pegando en los anillos con un ángulo de 90 grados (respecto a su eje) puede iluminar o lanzar sombras, revelando estructuras inéditas en los anillos y otras rarezas.
Pero una advertencia razonable para aquellos que armados con sus propios telescopios estén decididos a obtener un espectáculo gratis de magia celestial. Este ilusionismo del anillo cruzando el plano tendrá una audiencia de un solo espectador.
“La órbita de Saturno, lo ha llevado tan aparentemente próximo al Sol que será muy difícil de ver, incluso con el mejor de los telescopios”, dijo Spilker. “Afortunadamente, tenemos a la nave Cassini en primera fila.”
La nave espacial Cassini ha estado observando a Saturno, sus satélites naturales y sus anillos desde su órbita alrededor del planeta durante los últimos cinco años. Los instrumentos de la nave espacial han descubierto nuevos anillos, nuevos satélites, y cambiaron nuestra forma de ver al sistema de anillos de Saturno. Alrededor del equinoccio, el instrumento térmico de Cassini se encargará de medir la temperatura de ambos lados de los anillos a medida que el Sol se ponga para ver cómo se enfrían los anillos, durante este cambio de estación. Las cámaras de la nave espacial están buscando características topográficas en los anillos, como diminutos satélites naturales y posibles deformaciones en el anillo, que sólo sean visibles en el equinoccio, mientras que los instrumentos de infrarrojo cercano y de ultravioleta estarán en búsqueda de indicios de cambios estacionales en el planeta.
“La ventaja es que no estamos seguros de qué vamos a encontrar”, dijo Spilker. “Como todo gran mago, Saturno no deja de impresionar”.
Fuente: http://www.jpl.nasa.gov/